Quisiera cortarme la cabeza
Alma, caos y un río:
las superficies por las que corro
y me deslizo, me hundo entre
sus grietas y las nutre mis
lágrimas derramadas por existir,
por poseer una mente:
el mayor de mis castigos.
Una mente, un yo, la peor
de las torturas, un dolor habitando
en la cabeza.
Quisiera cortarme la cabeza.
Con la idea, nacieron mil otoños,
y el primero no ha terminado de
nacer, inquieto, muerte de mi fe.
Con la idea, nacieron borbotones de sangre
en la tierra, de mi cuerpo, pero no,
la sangre no puede nacer del cuerpo,
no puedo dar a luz a mi sangre,
solamente abortarla en los campos
sembrados por cuerpos jóvenes eternizados.
No se me permite parir ni dormir,
por eso callo y deambulo, por escenas
de crueldad, entre pasillos con paredes
bañadas por sangre y mensajes escritos
por asesinos pidiéndome no cortarme
la cabeza. Quieren cazarme, quieren
casarme con la rutina, con mi cabeza.