Me He Preñado de Sol.
Ah, es de nuevo una de esas noches
en donde el papel se acuesta en frente
mío y le esculpo el contenido
de mi corazón, lleno de sol, lleno de otoño.
Me he preñado de sol cuando las hojas
empezaban a pintarse de naranjas y a sonrojarse
con mi corazón, porque en el nadaba el amor en sí,
como dos peces cortejándose.
Me he preñado de sol y no creo nunca poder
terminar de parirle, como si fuese Prometeo,
o acaso yo regurgitando mis tripas, deshaciéndome
hacia el mundo, creándome en el proceso, abandonada
en mí misma, ahogándome en fuego, invierno y amor.
Me he preñado de sol y ahora solamente brillo
deshaciéndome en luz y rehaciéndome en sombras,
como si hubiera una sabiduría en mi cuerpo que
descifró al amor y a la vida: el tránsito a través
del tiempo y del cuerpo mismo, una gradiente hacia el todo,
del cual formamos parte y que somos.
Y sin embargo, siento llorar porque tal sol
nacerá huérfano y yo moriré viuda.