Hermana Mía del Universo
Probablemente no importe cuando sea vieja,
probablemente todas mis glorias se vuelvan añejas
y todas mis penas disueltas, serán iluminadas
por una luz esclarecedora y otoñal,
y sin embargo ¿qué hago en la medianía del ahora
y al inicio del ocaso, hermana mía?
En esta noche quisiera ser egoísta y escuchar
tu risa hasta que el último salón del universo se apague,
con un baile en colores, que nunca acabe,
y sin embargo ¿qué haré cuando te desvíes a oler
las flores, o cuando te decidas perseguir a la primavera?
¿esperar a las luces otoñales, hermana mía?
Ayer, siempre te quise decir “te quiero”, nunca un “te amo,”
Ahora solamente me caben “te amos” entre los nudos
de mi garganta, entre mis dedos, en mi piel de gallina,
en las cuencas de mis ojos y en las recámaras de la nostalgia.
Para siempre bailaría, en la medianía, a través de los otoños
y de vuelta, al inicio de todo,
me iría detrás de la primavera como si fuese su siamesa,
fundaría estrellas y fundiría otro tantas.
¡Sean benditos los ojos que leen estos versos, hermana mía!